El cloruro de sodio, o sal, cumple muchísimas funciones y usos, tanto alimentarias como de uso y confección de productos, y en este artículo revisaremos una de esas importantes funciones en el mundo minero. En estos tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir, el cobre cobra aún mayor importancia en su rol como parte del sueldo de los chilenos.
Las proyecciones de los economistas son bastante optimistas, y esto se debe a muchos factores, entre ellos la alta vacunación contra el Covid-19; el alto crecimiento económico proyectado para China, la recuperación de Europa y Norteamérica, entre otros aspectos.
La minería hoy como nunca está destinada a jugar un rol fundamental para la reactivación de la economía del país, ya que dentro de todo este escenario pandémico fue el único sector que registró cifras positivas. Siendo el cobre su principal estrella en cuanto a su extracción y exportación, y por lo tanto los protocolos sanitarios por parte de las empresas está llevándose a cabo de forma correcta.
La lixiviación, como definición propiamente tal, es una operación que consiste en la separación de uno o más solutos contenidos en una matriz sólida (fase portadora) mediante el uso de disolventes líquidos. Se llama materia de extracción a la materia prima formada por la fase portadora sólida junto con el soluto o mezcla de ellos.
Un muy breve resumen del proceso:
1. En primera instancia se tritura el material rico en calcopiritas, es curado y tratado con dosis de cloruro de sodio (sal) y ácido sulfúrico en un reactor cerrado.
2. El material se deposita y distribuye formando un montículo continuo de 6 a 8 metros de altura, que se denomina pila de lixiviación. Encima de dicha pila se opera un sistema de riego mediante gotas y aspersores con una solución compuesta de cloruro de sodio (sal) y ácido sulfúrico por algunos días más.
Lo anterior fue solo un simple “esquema mental” para poder visualizar de mejor forma el proceso.
El cloruro de sodio en contacto con ácido sulfúrico y el mineral reaccionan exotérmicamente, elevando la temperatura y formando nuevos ácidos gaseosos mucho más fuertes como lixiviantes.
En palabras sencillas: facilitan considerablemente la extracción del cobre.
El empleo de la sal en la obtención de cobre y oro es todavía algo muy reciente, pero las pruebas ya han demostrado que este tipo de extracción tiene muchas ventajas y otorga grandes oportunidades a todo el sector minero.
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En el caso del cobre, la lixiviación clorurada consiste en triturar el mineral, curarlo y tratarlo con dosis de cloruro de sodio y ácido sulfúrico en un reactor cerrado, complementario al equipo tradicional y luego formar las pilas de stock con el mineral en reacción. Enseguida se rocía con una solución compuesta de cloruro de sodio y ácido sulfúrico por algunos días. Luego, ya se habrá liberado más del 80 % de todos los iones de cobre contenidos, los que se someterán a una solución ácida mezclada con iones de cobre para la final producción de cobre metálico.
Resulta difícil procesar que algo tan grande para nuestro país y el mundo sea impulsado por algo tan aparentemente simple como la sal, pero es así. En menos de 120 días se puede alcanzar una producción de extracción de cobre superior a 80 %. Tiempo inimaginable hasta hace poco tiempo. Es muchísima la tecnología científica para toda esta experiencia de producción, pero en este artículo lo que pretendemos es simplemente darte luces de cómo el cloruro de sodio cumple su importante función en la economía de Chile… y la lixiviación de cloruro de sodio ¡recién está comenzando!